No sabían ni cuándo ni cómo ocurría, pero la cubertería iba desapareciendo, especialmente las cucharas.
La gerencia de la cafetería del Museo Reina Sofía intensificó las medidas y la seguridad, poniendo un énfasis especial en la identificación del ladrón o ladrones de un hurto tan peculiar.
Era tal em empeño por vigilar y descubrir al autor o autores de la desparición de las preciadas cucharas, que cuadros, librería y otras dependencias del Museo quedaron totalmente desguarnecidas de cualquier vigilancia lo que prvocó robo de libros, cuadros . . .
De esta manera ya desaparecían libros, cuadros, cucharas, etc y no sabían ni cuando ni cómo ocurría.
Bolo
16 noviembre 2.005
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