martes, 30 de octubre de 2007

Re-flex-iones (tres)

Mis miedos cubren los primeros peldaños.
Pucheros de menta.

El crucifijo, un camión de cenizas.
Agua destilada.

Mi altura es de bajura, como tus espinacas.

Suenan las flautas.
El pan se deshace.

Un calor de invierno. Negro, gris . . .

Se besaban.
El águila cabalgaba en el bolsillo.

La noria hartó a las rosquillas y comió croquetas de bacalao.

Las golondrinas volvían.
Distinta mirada.
Rumbo indefinido.

El tren ovbiaba.
Tordos y jilgueros.

Llegas a destiempo, pero para compensar, tarde.

Cuando piensas en fá, empieza a escasear el jabón.

El ahorcado y la cuerda juegan al mus . . . de chocolate.

Sus frágiles hombros, adornaban su fortaleza.

El día madruga para marcharse pronto. No sabe dónde va.

Con el paso del poso del tiempo.
Infusiones de incertidumbre.
Darwin bebía.

Con dos puñales en cada mano.
Las luces de la ciudad pronosticaban.

La cera contrajo matrimonio y se convirtió en acera.

Compras por internet y vendes por desisterés.

El peso,
el paso,
el piso.

La niebla hace cola en la caja rápida del super.

Las células de mi estómago y cerebro disputaban en Japón el campeonato del mundo de
ping
pong.

El sabor de la lluvia.
La dama de los tiempos.
El vómito de los carruajes,

El ladrón de brújulas perdió el tiempo.

La educación y la muerte viajaban en primera.
La lluvia crecía.

Cemento y arcilla se metían mano a plena luz del día.

El Acueducto de Segovia se divertía en Fallas

Con mi locura como delantal.

Tego un traumatemático.
Se clavó un anzuelo.
Elige tus dolores.

Muerte con imperdible.
Filetes de québienhueles!
Natillas de canela.

Un gris festivo.
El día se rompió.
Mis güevos también.

Mi ducha.
La fuerza sin paragüas.
Carros de cebra.

Saltan las alarmas.
A cien metros valla.

Tu cheque al por mayor, no llevaba firma.

Si se rompe el miedo, que se joda!

Madera quemada no ocupa camino.

Tempestad.
Calma.
El fontanero manco.

Entre las piernas.
Marioneta.
Pirotecnia.

Las calvas de la aceituna negra.
Extra noche está de más.
En una esquina del mundo.
Buscando rincones.

Dylan, Stones, CCR, Kinks.
Total: 50.

El dolor no era mío, era de cabeza.

Ya he aprendido a aguantar la mirada.
También la meada.

Freud suspiraba por un gramo . . . de locura.

Re-flex-iones (dos)

Tropecé con una luna rota de impares.

Las luces se perdieron cuando vieron la luz.

No sé donde, siempre quedaba muy lejos.

Me hiero para parcerme a mí.

Trampolín que duda de semáforo. Calabaza.

Las muertes dudaban tanto!

Un waltz bungaló de caracteres.

Amianto tanto!

Con amor o sin amor, pero sin dios.