lunes, 5 de noviembre de 2007

Re-flex-iones (doce)

A amenos le pareció todo divertido.

No tengo prejuicios, tengo prejueces.

Torpe brisa.
Luces de cruce.
Los pelos aprendieron a nadar.

La música cesó y sonaron las campanas.

Nos quedan algunas exhalaciones y una dilatadas pupilas.

La vida: ese icoño sin marca registrada.

Los afluentes del mal.
En una tierra sin bacas.
Sirena de café.

Duda que asalta a las tres, no es duda.

Como un invierno atado a la pata del banco.
Paso de cebra al otro lado.
José Alfredo Jiménez.

Como un espanto de gaviotas.

Tanta quietud sin delantal!

La dictadura de los estanques.
Poco.

Discutieron y luego se mataron pactando su amistad.

El pentagrama de la vida, esa espera llamada locura.

La naranja se dio cuenta que era ácida y se fue al bingo.

Al final nos queda el hastío de haber sido sobrinos del tedio y desamparo.

Las letrinas del amor no pasaron el ITV.

A qué hora me dijiste que dejabas de sonreir?

Me enteré por terceros que había quedado segundo.

Me recuerdas a las mujeres que-no-sé-cómo-son.

Bautizo azabache con aguacate. Tu pelo negro (A Pilar).

Qué bien que lo entendiste mal!

Cuanto más resto, más sumo.

La familia, esa trampa organizada.

Sin sed.

Qué estúpida necesidad, la de morirse ocupado.

Mi oropel no tenía coche.

Sólo una mesa con dos cafés.

Mister seguridad cogió miedo al caracol.

Estoy bien solo.
También mal acompañado.

Me encuentro bien.
Soy atractivo, guapo . . .
Se está yendo todo a tomar por culo!

Los sobres de cola-cao podrían reducir su contenido.

los cantos de la conmoción orinaban en la iglesia.

Tú has visto alguna vez a un chino rellenando una quiniela?

Era un vil nada búfalo.

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