lunes, 5 de noviembre de 2007

Re-flex-iones (diez)

Aquellos calendarios de bolsillo que cabín en un pecho de cartón.

El otro día me desperté y había extraviado unos versos.

Un domingo por la mañana decubrí una tarde de martes.

. . . y ver salir el sol de un paquete de tabaco.

Era tan franco que murió de sinceridad.

Le regalé un luego a hasta . . . hasta luego.

Sólo la tengo en uve.

Anhelaba una rica explotación y encontré una explotación rica.

Se respetaron las caras apretándose las manos.

Volveré cuando regrese, nunca después.

Nunca fue tan brillante el instante.

Ella, complice de sus gestos.

Estaba todo tan claro que la confusión les invitó a comer.

Buena metáfora.
Café asusto.
Pretérito periférico.

El esclavón que no cesa.

Tropecé con un trampolín etcétera.

Un diente de limón me amargó el día.

Me alojó en las tinieblas.

No es más que la vida haciendo de menos.

A veces con un libro de poesía es suficiente.

Tiempo cero.
Exquisito brócoli.
Luz de gas.

Todos los vientos juntos se refriaban.
Chocolate sin plomo.
El otro día soñé que sabía nadar.
Siempre a unos milímetro de nada.

Heridas sin mano.
Pasión confusa.
semáforo bobo.

Muestra de botones.

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